Por: Luis Palos
Aunque México ha logrado avances importantes en el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTQ+, como el matrimonio igualitario, aceptación de cambio de género y la adopción homoparental, aún persisten grandes retos. Nuestro país sigue siendo uno de los más peligrosos para las personas trans, con altos índices de crímenes de odio. En muchos estados, el conservadurismo y la discriminación estructural ponen en riesgo no sólo los derechos, sino también la vida misma de las personas LGBTQ+. No obstante, hay también motivos para agradecer los progresos logrados, especialmente al considerar que en otros lugares del mundo, la orientación sexual y la identidad de género están completamente prohibidas por ley.
Pakistán
En Pakistán, aunque se promulgó en 2018 una ley para proteger los derechos de las personas trans, dicha iniciativa enfrentó una fuerte resistencia por parte de sectores religiosos y políticos conservadores, generando una campaña de desinformación que debilitó su implementación.
Emiratos Árabes Unidos
El país de ciudades tan avanzadas en lo tecnológico, pero tan atrasado en materia de derechos humanos para la diversidad. En los Emiratos Árabes, las demostraciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo están prohibidas y sancionadas por la ley. El artículo 358 del código penal castiga con multas elevadas o cárcel a quienes «ofendan la moral pública», y en algunos lugares incluso está prohibido exhibir los colores del arcoíris, símbolo del movimiento LGBTQ+.
Irán
El país de los ayatolás es uno de los más herméticos del mundo. En Irán, la legislación es aún más severa. El Código Penal Islámico contempla la pena de muerte por actos homosexuales, particularmente para la parte pasiva en casos de sodomía. Aunque hay matices legales dependiendo del contexto, la existencia de estas penas refleja la extrema vulnerabilidad de las personas LGBTQ+ en ese país.
Otros países como Sudán, Yemen y Mauritania también mantienen castigos sumamente severos, que incluyen latigazos, prisión e incluso la pena capital para quienes sean hallados culpables de relaciones homosexuales.
En Europa, países como Rusia, Azerbaiyán, Armenia, Turquía y Bielorrusia se caracterizan por su falta de leyes de protección, la criminalización de la diversidad y la represión de activistas de la comunidad LGBTQ+.
Incluso en países antes percibidos como inclusivos, como el Reino Unido y Estados Unidos, se han dado retrocesos. En el Reino Unido, una reciente sentencia definió legalmente a la mujer según el sexo biológico, excluyendo a mujeres trans de protecciones legales. En EE.UU., una orden ejecutiva de Trump eliminó el reconocimiento de identidades fuera del binario masculino-femenino, afectando derechos en documentos, prisiones, escuelas y servicios médicos.
En América Latina, aunque hay regiones con mayor apertura, naciones como El Salvador, Honduras y Nicaragua enfrentan altos niveles de violencia y discriminación hacia las personas de la diversidad. También en algunas islas del Caribe persisten leyes restrictivas, sobre todo en aquellas con fuerte herencia colonial británica o neerlandesa.
La imposibilidad de celebrar el Pride en muchas partes del mundo es una prueba clara de que la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+ está lejos de concluir. La existencia misma de personas no heteronormativas sigue siendo criminalizada en numerosos contextos, y en algunos casos se castiga con la muerte. Frente a este panorama, es crucial valorar los avances logrados en países como México, sin dejar de exigir un futuro más seguro y justo para todas las identidades, en todas partes del mundo y en nuestro propio país. Ahora, cuando te pregunten si aún es necesario luchar por nuestros derechos, no olvides que sí: la lucha continúa y debe seguir haciéndolo.